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🗞️ ✝️ THIS ABOVE ALL

Shakespeare, conciencia y caída: el filo moral escondido detrás de una frase

Hay frases que sobreviven al tiempo porque encierran una verdad que la historia vuelve a reclamar cuando más duele. Una de ellas es aquella advertencia de Polonio a su hijo Laertes en Hamlet, Acto I, Escena III: “This above all: to thine own self be true” —“Esto sobre todo: sé verdadero contigo mismo”. Más que un consejo paterno, es un pacto moral. No hay máscara, no hay linaje, no hay poder que pueda sostenerse mucho tiempo si traiciona esa premisa íntima: la verdad no perdona ni olvida.

Shakespeare sabía que la tragedia no estalla por azar: madura lentamente bajo el peso de las contradicciones humanas. Polonio no pronuncia su célebre frase como una lección de pureza idealista, sino como advertencia: quien vive entre apariencias termina inevitablemente destronado por su propia sombra. Ser fiel a uno mismo no es autoindulgencia, es la más dura disciplina ética.

Tres siglos después, en plena Segunda Guerra Mundial, el escritor británico Eric Knight retomó esa misma línea moral y tituló su novela This Above All (1941) como un manifiesto silencioso de resistencia interior. Su protagonista, una joven aristócrata que se enamora de un soldado de clase obrera, se atreve a cruzar las barreras de su tiempo. La historia, adaptada por Hollywood al año siguiente, conservó el alma del mensaje: cuando la verdad íntima choca contra la hipocresía social, solo queda elegir entre el deber impuesto y la integridad.

Aquella película no fue solo un melodrama romántico. Fue un gesto político. Mientras Gran Bretaña resistía los bombardeos nazis, Hollywood entendió que el combate no era únicamente militar: era también moral. This Above All fue un golpe a la arrogancia de clase, un llamado a derribar la comodidad de los títulos heredados y el privilegio disfrazado de mérito. El mensaje era nítido: la verdad sin coraje es una renuncia; la conciencia sin acción es complicidad.

Por eso la frase de Shakespeare sigue viva hoy. Porque no habla de literatura: habla de carácter. Ser verdadero con uno mismo no significa defender caprichos, sino asumir consecuencias. No significa proclamarse inocente ante el espejo, sino enfrentar la parte más incómoda de la identidad: aquella que construye o destruye la reputación de una vida.

El peso simbólico de THIS ABOVE ALL se vuelve insoslayable cuando el mundo observa a figuras públicas que caen no por un golpe externo, sino por la acumulación de contradicciones internas. No existen abismos que no hayan sido cavados por la propia mano. Allí donde la apariencia reemplaza a la honestidad, donde la ambición borra los límites y donde el nombre cuenta más que la conducta, la caída no es un accidente: es el punto final de una mentira anterior.

El drama shakesperiano se repite: el poder soporta el cuestionamiento político, incluso el rechazo social; lo que no tolera es la pérdida de legitimidad moral. Ningún título, apellido ni escudo es suficiente para blindar la conciencia cuando esta se convierte en deuda con la verdad. Y es allí, en ese punto irreversible, donde la línea de Polonio vuelve a ser sentencia.

Porque el verdadero desplome no ocurre cuando se pierden honores o privilegios. Ocurre cuando ya no es posible sostener la propia historia sin recurrir a silencios, evasiones o falsedades. El resto es trámite: renuncias, comunicados, distancias protocolares. Pero lo que importa —y Shakespeare lo advirtió antes que todos— es que la traición más devastadora no es hacia los demás, sino hacia uno mismo.

THIS ABOVE ALL.

Tres palabras. Una brújula moral. Un espejo que nadie, ni ayer ni hoy, logra esquivar.

✍️ ©️ 2025  Rubén Guzzo, Photos & Graphic Publications – All Rights Reserved

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