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Mundo, 28/05/2025
Ni un suspiro. No es Hitchcock: es solo un call center.
¿Pero por qué nos llaman para no decir nada? ¿Están de luto? ¿Se quedaron sin voz? ¿O están practicando yoga mudo?
La explicación (más o menos):
Las llamadas mudas vienen de un algoritmo con pánico escénico. Los sistemas automáticos de los call centers lanzan llamadas en masa – como si fueran pescadores con red. Y si respondés, pero no hay un operador libre, te quedás charlando con el vacío cósmico. Es capitalismo tartamudo.
Y ahí estás vos, diciendo “¿Hola?” cinco veces, con voz trémula como si fueras Meryl Streep en versión doméstica.
Y si respondés, quedás fichado como “humano vivo, con reflejos y probablemente aburrido”. Resultado: más llamadas. Seguros, paneles solares, cursos de cocina en 72 horas.
Te llaman siempre a la misma hora porque para ellos sos una rutina explotable.
Del otro lado, un operador humano (el que no está tomando café) ve tu número titilar como semáforo enloquecido, y cuando logra hablarte, vos ya colgaste puteando en arameo.
¿La moraleja?
Cuando suena el teléfono y nadie habla, no es paranormal. Es solo el telemarketing que tropezó.
✍️ Firmado: Don Click al Balôn
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