El sistema de gobierno basado en el patrocinio establecido por Nazarbaev durante su presidencia de 1990-2019 sigue vigente y sus beneficiarios, incluido el protegido político de Nazarbaev, el presidente kazajo Qasym-Zhomart Toqaev, permanecen en el cargo.
Las manifestaciones de Kazajstán comenzaron pacíficamente el 2 de enero en la región occidental kazaja de Mangystau, después de que el precio del gas licuado de petróleo, utilizado localmente como combustible para vehículos, se duplicara aproximadamente a 120 Tenge kazako (28 centavos de dólar) por litro. Aunque el gobierno se comprometió a controlar esos precios, la protesta se extendió por todo el país y los participantes exigieron la renuncia del gobierno y la eliminación de la influencia de Nazarbaev, apodado el “Viejo”.
El 5 de enero, en la capital comercial de Kazajstán, Almaty, una ciudad de 1,8 millones de habitantes, los manifestantes irrumpieron en la sede del gobierno de la ciudad y, supuestamente, tomaron el control de su aeropuerto y destrozaron las instalaciones antes de que intervinieran las fuerzas de seguridad. Se provocaron incendios en el ayuntamiento de Almaty, las oficinas del gobernante Nur-Otan de Nazarbaev.
El presidente Toqaev ha culpado de la violencia y el caos a las “bandas de terroristas” entrenadas en el extranjero. Calificando la agitación como “un acto de agresión”, Toqaev pidió ayuda a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO) liderada por Moscú, un bloque de defensa mutua con Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán, “para superar esta amenaza terrorista. ”
En una publicación de Facebook, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, quien actualmente preside la CSTO, declaró que el bloque enviaría tropas de mantenimiento de la paz “por un período de tiempo limitado” para fomentar la estabilidad.
Las tropas aerotransportadas rusas partieron hacia Kazajstán el 6 de enero de 2022 como parte de la fuerza de mantenimiento de la paz de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.
Sin embargo, en una entrevista con Current Time, un ex primer ministro de la era de Nazarbaev, Akezhan Kazhegeldin, enfatizó que la responsabilidad de tal estabilidad recae en el presidente Toqaev.
El desorden público, incluso cuando se convierte en una guerra civil, “siempre es responsabilidad de las autoridades, nunca responsabilidad de los ciudadanos”, quienes “solo defienden sus propios derechos”, dijo Kazhegeldin, funcionario que se desempeñó como primer ministro de 1994 a 1997.
“Por por eso, Toqaev debe dar el primer paso. Es el presidente electo. Debería reunirse con sus votantes”.
En medio de las dificultades económicas (el Producto Interno Bruto per cápita anual apenas supera los 9.000 dólares en este país de aproximadamente 19 millones), la ira por las ventajas financieras percibidas de la proximidad a Nazarbaev y otras figuras influyentes es genuina, dicen los críticos del gobierno.
Una investigación de RFE/RL de 2020 descubrió que la familia de Nazarbaev posee propiedades de lujo en seis países valoradas en casi 785 millones de dólares.
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